La fuente de mi pueblo
seis caños tenia
donde las mujeres iban
a por agua cada día.
Los hombres, sentados va jo el árbol
frente al bar de Juan Cánovas
disfrutaban viendo pasar, a
las mujeres, con su cántaro lleno de agua.
Tiempos de felicidad y armonía
todo era embrujo de amor y alegría.
Las fiestas eran el encanto
de los amigos, todos unidos
disfrutando con orgullo aquel compañerismo
sincero como familia unida.
Tiempos que pasaron y que nunca volverán
aquella alegría de paz y felicidad.
Hoy todo ha cambiado, cada uno va a su avió
sin volver cabeza atrás, no les importa nada
solo su felicidad,
ni, si el compañero, vive, bien o mal.
Lo mismo que acabo el amor y la amistad
así la fuente del agua se termino por secar
y pusieron una vaya para no poder pasar
y el bar de Juan Cánovas desaparecido está.