Desde que yo era niña
mi madre a mi me llevaba,
a la fuente morisca
a por mi cantara de agua.
Era para mi un placer
ver a la gente como lavaba,
metidas en el pilar
apurando aquellas sabanas.
Yo me divertía mucho, viendo
a las anguilas correr
pasaban por los pies.
Ellas daban un chillido
y yo echaba a correr
sentía tanto miedo que
no sabía lo que hacer.
Que bonito es ser niña
para pasártelo bien.
En la noche de San Juan, las amigas
bajavamos a la fuente morisca,
bajavamos a la fuente morisca,
a echarnos jarpadas de agua, por cada
campanada, de las doce de la noche.
Porque las abuelas nos decian,
que nos duraba la hermosura, todo el año.
nos lavavamos los pies, jugábamos, reiamos,
campanada, de las doce de la noche.
Porque las abuelas nos decian,
que nos duraba la hermosura, todo el año.
nos lavavamos los pies, jugábamos, reiamos,
nos echábamos agua la una a la otra,
y nos divertíamos mucho.
De nuestra fuente morisca, tenemos
muchos recuerdos, ojala, la
volvamos a ver lo mismo que antes.
para recordar la niñez y aquellos años de antes
No hay comentarios:
Publicar un comentario